Sin City

Después de recorrer muchas millas, de que el paisaje desde nuestra llegada a Seattle haya cambiado tantas veces, camino de Las Vegas nos volvemos a encontrar con una nueva experiencia visual, cientos de kilómetros con el desierto californiano a nuestra izquierda, la larga y recta carretera que nos lleva, la I-15, se empieza a hacer pesada, la noche esta cayendo y tras un cambio de rasante nos encontramos con un mar de luces, y al fondo neones anunciando que el final de esta etapa ha llegado a su fin: estamos en Las Vegas.

Impresionante, es un lugar que creo que todo el mundo debería visitar una vez en la vida, se pone la carne de gallina pasear por su inmensa avenida “la strip”, con un gentío variopinto y ruidoso recorriéndola a nuestro lado, te encuentras octogenarios en sillas de rueda eléctricas, familias enteras con sus hijos, que no alcanzan los diez años, lo nunca visto. Los Hoteles te dejan con la boca abierta, desde luego, que podremos decir que no son intimistas y minimal, tan de mi gusto, pero sorprende su fastuosidad, pasear entre la Torre Eiffel, cruzar la calzada y encontrarte con una replica del lago Como, al costado de una villa romana, con su Coliseum, foro e innumerables estatuas de “mármol blanco”, la plaza San Marcos de Venecia, el Castillo de Excalibur, la ciudad de New York, étc, étc, todo ello en medio del desierto de Nevada.

Los Hoteles por dentro no dejan de sorprender, recargados al máximo, pero cuidado la decoración, a su gusto, de una manera precisa. Se respira lujo por los cuatro costados. La gente se pasa las 24 horas del día jugando, a todo, hay para todos los bolsillos, de maquinas tragaperras de 1 centavo, a apuestas de 50.000 $ en el blackjack y el poker, si llegabas al hotel a las 3 de la mañana había una marabunta derrochando dinero, si madrugabas y bajabas al casino, que es toda la primera planta de un hotel de 2500 habitaciones, también había gente haciendo girar la ruleta. El ruido de las dichosas maquinitas es incesante.Por cierto, no pudimos renunciar a la tentación de gastar un poco, y por primera vez Maripi jugó a las tragaperras y yo a la ruleta, no gastamos mucho, pero tampoco ganamos.

Es una torre de Babel, hay gente de todas partes del globo, discotecas fashion, también tugurios impresentables, llenos de vaqueros, militares que ahogan sus penas e intentan borrar de su memoria las barbaridades cometidas en alguna de las innumerables guerras que el sr. Bush ha abierto; un centro comercial “forum shop” dentro del Hotel Caesar Palace, con las mejores marcas del mundo, no falta ninguna, discurre a través de avenidas romanas, que cada 5 horas cambia el cielo, de noche pasa a de día; es la ciudad de las limusinas, nunca había visto tantas, ni juntando las vistas en la vida de los cuatro; los mejores espectáculos del mundo, por poner un ejemplo, el “circo del sol” tiene 5 permanentes; prostitutas que a partir de la medianoche, salen de sus agujeros de las afueras de la ciudad a la caza de solitarios con la cartera llena, y se agolpan tras la mesa de cualquier juego, esperando llevarse al afortunado ganador, que al final siempre pierde.

Por mucho que os queramos intentar describir esto, es imposible, hay que vivirlo, y nos apuntamos a hacer de cicerones de los próximos que quieran conocerlo.

Un beso a tots.

JXXX e Irinoski, que os vaya bien, disfrutarlo y tienes mi permiso, aunque se que no lo necesitas, para mantener el contacto con la humanidad a través de este blog. Nos vemos a vuestra vuelta.

Almu, ya lo celebraremos y disfrutaremos.